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Colindante al río Jalón, el Castillo de Medinaceli forma parte del patrimonio del pueblo soriano. Este antiguo castillo, usado en nuestros días como cementerio, narra la historia del lugar desde el medievo.
Historia del Castillo de Medinaceli
Aunque el origen de la villa de Medinaceli se ubica en la antigua ciudad romana de Occilis, el castillo tiene su origen en el siglo IX. Testigo de acontecimientos históricos como la batalla de Calatañazor se dice que aquí descansan los restos de Almanzor.
En sus inicios el lugar estaba bajo liderazgo musulmán y fueron ellos los que construyeron la alcazaba original. Después de un rifirrafe que proporcionó en 1083 la villa al rey Alfonso VI, volvió al dominio islámico solo 9 años después. Finalmente, paso a manos de Alfonso I de Aragón en 1124 y de ahí a sus descendientes.
Por su interés como nexo entre Aragón y el centro peninsular, las batallas acontecidas destruyeron el Castillo de Medinaceli. Por ello, la fortaleza fue reconstruida en el siglo XV dándole su aspecto original.
Construcciones interesantes en Medinaceli
Actualmente, el Castillo de Medinaceli ejerce como cementerio, sin embargo, aún se permite visitar sus ruinas. Posee una planta rectangular con tres torreones circulares y una torre del homenaje rectangular.
Los antiguos restos de la alcazaba árabe rodean el castillo otorgando al sendero mayor encanto. Coronando el cerro más alto del pueblo solo puede accederse por un sendero que remonta a una época rural.
Aparte del castillo de Medinaceli, existen otros atractivos turísticos de la ciudad en estrecha relación con el castillo. Por ejemplo, la Ermita del Humilladero construida en el renacimiento.
Así como el Palacio de los Duques o el Arco Romano, el único conservado en España. La localidad ofrece el encanto turístico de varias épocas con la pericia gastronómica de Soria.