A todos nos encantan las piscinas, ya que en verano no hay nada mejor que refrescarse en su agua cristalina y pasar en ella las horas de más calor del día o incluso darse un chapuzón por la noche.
Para ello hay mucho trabajo detrás, puesto que el agua no se mantiene tan limpia sin hacer nada. Entra en iteapool.com y ahí podrás ver qué artículos necesitas y algunos consejos a la hora de utilizarlos.
Con el cloro evitamos que el agua huela mal
Lo primero que hay que usar es el cloro, el mismo desinfectante que lleva el agua que bebemos y que con las dosis correctas no es tóxico, evitando así que el agua “se pudra”, se oscurezca y tenga un olor poco agradable.
Se pone cuando no hay nadie bañándose y siempre siguiendo las instrucciones del fabricante, aunque podemos automatizar el proceso comprando un Clorador Salino 10 gramos IteaPool con regulador pH.
Estos cloran el agua a través de la sal que se pone en ella y provocan una reacción química. De esta forma, el agua se desinfecta de una manera más natural y menos agresiva para las personas.
Las algas son un problema que hay que tratar
Agua caliente y la luz solar forman el caldo de cultivo ideal a la hora de que aparezcan las algas, las cuales dan un tono verde al agua y una apariencia que invita poco al baño.
Con el fin de evitar su aparición se emplea un antialgas concentrado para piscina de 5 litros, el cual se dosifica según indique en el bote del producto, aunque la dosis suele ser de unos cinco gramos por cada 1000 litros de agua dos veces al mes.
Con el floculante se disuelve parte de la suciedad que entra en el agua
Dentro de la piscina caen pequeñas partículas que quedan en suspensión si no pesan demasiado y nosotros también añadimos algunas como la piel muerta, pequeños pelos, grasa, etc.
Gracias al floculante nos podemos olvidar de limpiarlas, ya que este las disuelve de manera que el equipo de filtración se encarga de ellas sin que tengamos que hacer nada, ayudándonos a que el agua esté siempre limpia con el menor trabajo posible.
Debemos controlar el pH
El pH del agua se puede ver alterado por todos los productos que se emplean a la hora de tratarla, por lo que es muy importante tenerlo siempre controlado y debe permanecer entre 7 y 7,8.
Podemos saber cuál es el pH gracias a un Analizador de pH Cloro Bromo PID, un pequeño test fácil de usar de manera manual y que viene con instrucciones.
En el caso de que el test nos diga que está por debajo de siete, hay que utilizar un producto que lo sube, pues si es de menos de siete el agua se convierte en un medio ácido que llega incluso a corroer todas las partes metálicas de la piscina.
También puede perjudicar la salud de los bañistas, de forma que conviene subirlo cuanto antes.
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