Las piedras solares vikingas figuran entre las más famosas leyendas y mitos vikingos. Y es que los relatos relacionados con la piedra solar de los vikingos tienen un misticismo propio. Un pequeño talismán con supuestos poderes mágicos que permitía a los navegantes nórdicos orientarse en sus viajes marítimos.
Pero, lo que ayer era un mito ya hoy es una realidad. Según investigaciones recientes, la piedra solar existe. Se trata nada más y nada menos que de un pequeño cristal de doble refracción que permite calcular la posición del sol incluso en días de niebla.
El descubrimiento de la piedra solar vikinga
La piedra solar vikinga siempre fue un referente en la mitología nórdica. Sin embargo, la historia no reconoció su existencia debido a la poca evidencia científica detrás del objeto.
De la misma forma, se piensa que probablemente no estemos hablando de uno, sino de varios objetos utilizados en puntos claves y muy precisos de la historia. La pérdida o posible “extensión” de dichos artefactos, por otro lado, podría relacionarse con los rituales funerarios vikingos.
Los funerales en cuestión consistían en cremar al difunto junto con sus objetos más preciados. De ser así, posiblemente los restos de estas piedras solares fueron destruidos durante el proceso.
Pero hoy, los restos de estas enigmáticas piedras son una realidad. La excavación de Groenlandia y el hallazgo del barco británico son acontecimientos relevantes dentro del puzzle. Y es que pese a los años de diferencia, en ambas construcciones se encontraron partes esenciales de estas antiguas brújulas marítimas.
¿Cómo funciona la piedra solar de los vikingos?
Se trata de un cristal de doble refracción que puede dividir la luz con su propio brillo. De esta manera, los navegantes podían ver los anillos polarizados en torno al sol para conocer y comprender su ubicación en el cielo.
Según los expertos de la Universidad Eötvös Loránd con dos piedras, un palo y un disco como el que se encontró en Groenlandia, los vikingos podían construir una brújula rudimentaria para reproducir un patrón luminoso que les servía de guía.
El espato de Islandia y el disco de Uunartoq
“El espato de Islandia” encontrado en un barco británico que data del siglo XVI y “el disco de Uunartoq” desenterrado de un convento medieval en Groenlandia hace 70 años, podrían ser justamente las partes complementarias de la famosa brújula nórdica.
De esta manera, la evidencia empírica muestra como al unir el disco de Uunartoq con el espato de Islandia, es posible triangular la posición solar con tan sólo un margen de 4 grados de error.
Además, los análisis complementarios de Dénes Száz y Gábor Horváth mediante la recreación digital demuestran como el uso de esta variedad de calcita puede tener una precisión del 92,2% a la hora de introducir la posición del sol con respecto al trayecto y a la época del año.
La exposición vikinga comprende los años 786 y 1.100 aproximadamente, y no sólo abarca la mayor parte de Europa. También se habla de asentamientos vikingos en América mediante la exploración por el Atlántico Norte.
¿Será que la expansión nórdica por el estrecho marítimo está sumamente relacionada con las piedras solares vikingas? De ser así, esta antigua civilización pudo estar mucho más avanzada de lo que hemos creído hasta el momento.
Sin duda, un descubrimiento que da mucho para pensar.
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