Duropolis es el nombre del yacimiento arqueológico ubicado en Winterborne Kingston, Inglaterra. Winterborne se encuentra en el condado inglés de Dorset, que guarda una estrecha relación con la antigua aldea celta con más de 150 casas de planta circular.
Hasta ahora, Duropolis es el hallazgo arqueológico más importante en referencia a las antiguas tribus de la localidad. Su posible relación con la tribu Durotriges ubica a la aldea en el siglo I a.C durante la Edad de Hierro Celta. Esta característica hace del asentamiento un hecho histórico único.
Allí, debajo de la vida rutinaria del condado de Winterborne, arqueólogos y estudiantes de la Universidad de Bournemouth no sólo desenterraron casas, sino también cadáveres, herramientas y otras artesanías.
El yacimiento de Duropolis
El yacimiento de Duropolis se considera uno de los asentamientos más grandes y remotos de Gran Bretaña. De hecho, sus características demuestran como la aldea es única en su tipo. En primer lugar, no se encontraba en la cumbre de una fortaleza, ni tampoco presumía de empalizadas defensivas como parte de una arquitectura militar propia de la cultura como la conocíamos.
Los arqueólogos piensan que su construcción y forma de vida se debe precisamente a la época. En el siglo I a.C, las tribus celtas, si bien tenían sus propios conflictos políticos y socioeconómicos, también vivían en tiempos de paz en comparación con los tiempos de la invasión romana. El hecho histórico que cambiaría el curso de toda una civilización entera.
Las casas de planta circular de Duropolis, la antigua aldea celta
Con este nuevo descubrimiento los arqueólogos a cargo de la excavación esperan tener mayor conocimiento sobre la civilización de Gran Bretaña antes de la expansión romana.
Hasta ahora, se piensa que el yacimiento de Duropolis son en realidad los restos de la primera metrópolis planificada que data del año 100 a.C. Lo que a su vez significa que la aldea es 70 años más antigua que Silchester, la ciudad de la provincia romana de Britannia.
Lo más curioso del caso son las interesantes casas de planta circular. Por su estructura, dimensión y forma, hablamos de casas pre romanas totalmente abiertas y organizadas. La evidencia sugiere que los estos pueblos celtas vivían al aire libre y en granjas fértiles, y no en castros protegidos como se creía anteriormente.
Animales y otros hallazgos
Además de las 200 casas de planta circular, los arqueólogos también han encontrado animales enterrados con configuraciones extrañas. Pero nada es tan sorprendente como los restos de una mujer que probablemente fue sacrificada y sepultada entre huesos de animales. La explicación, si bien es una conjetura, supone la práctica de un ritual simbólico, propio de la cultura del pueblo.
Al recrear la escena, la evidencia demuestra que la cabeza de la mujer quedó puesta sobre el cráneo de un animal, mientras que sus piernas fueron colocadas sobre huesos de patas de artiodáctilos.
Los hallazgos de huesos también sugieren que fueron arreglados deliberadamente como parte de una ceremonia. Entre ellos destaca un híbrido de dos cabezas y un caballo con un cuerno de vaca en la frente.
La recreación podría explicar el sistema de creencias de la antigua aldea celta. Donde los mitos de monstruos sobre animales híbridos predominaban sobre la razón.
El asentamiento podría estar asociado con el abandono del Castillo de la Doncella en el siglo I a.C, y permite un acercamiento inevitable hacia la tribu de los Durotriges. Una de las primeras tribus celtas que vivieron en Gran Bretaña antes de la invasión romana.
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