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Redactado por: Javier Celada Quintanilla
Hoy, martes 12 de Octubre de 2021, día de la hispanidad, recibimos una de las noticias más tristes que podríamos haber recibido el mundo de la música folk en un día de celebración nacional: Paddy Moloney, el gaitero, líder y fundador de la mítica banda irlandesa “The Chieftains” nos ha dejado a los 83 años de edad.
Un músico carismático donde los haya y, sin duda alguna, el mejor embajador que ha tenido la música irlandesa, ya que siempre ha tendido un puente entre este género con otras músicas de todo el mundo, internacionalizándolo, y haciéndolo universal.
Muchos de los que hoy estamos en este mundillo, le debemos a él nuestra pasión y nuestra inspiración.
Tuve la oportunidad de conocerle personalmente y charlar con él un buen rato en Julio de 2006, cuando me llamó un amigo de Madrid para ofrecerme la oportunidad de tocar con ellos en un concierto que dieron dentro de la programación anual de “Los veranos de la Villa” en el patio central del Conde Duque.
Paddy, era una de esas personas que poseía un magnetismo especial que te cautivaba desde el primer instante y, una sonrisa encantadora, con la que siempre irradiaba a todos los que allí estuvimos presentes subidos al escenario junto a él.
Recuerdo perfectamente, al terminar la prueba de sonido, cruzarme con él al bajar del escenario mientras portaba su “uillean pipe” bajo el brazo izquierdo y, en su mano derecha, una de esas viejas tazas de porcelana, como las que tenían nuestras abuelas en casa para calentar la leche, de un color verde intenso y preguntarle:
“¿Paddy, what do you drink?”, a lo que él me contestó guiñandome un ojo: “Irish tea…”, algo que pude intuir que no era cierto, ya que al cruzarme con él, el olor a whisky impregno inmediatamente la atmósfera y que, sin embargo, me hizo contener una carcajada casi inevitable por la forma que tuvo tan simpática de hacerme cómplice de su secreto, entonces, inmediatamente se dio la vuelta y cuando pensé que iba a llamarme la atención por haberme reído en su cara me dijo:
“Do you want to try it?”, entonces si que no pude contenerme y el también se echó a reír al ver que declinaba su tentadora oferta.
Estas, y muchas otras anécdotas a lo largo de muchos años como fan y admirador suyo, han ido quedando grabadas en mi mente. Como en otra ocasión, en uno de los conciertos que dieron en Ortigueira, tocando uno de los temas junto a otra de las bandas de folk que admiro profundamente “Milladoiro” y la “Escola de gaitas de Ortigueira”.
Al comienzo del tema, se equivocó de whistle pero, lejos de ponerse nervioso, con toda la naturalidad del mundo, se dio la vuelta y fue a cambiarlo por el de la tonalidad correcta, algo que me pareció extremadamente simpático en la forma que tuvo de hacerlo es que en ningún momento perdió la sonrisa, todo lo contrario, con una naturalidad aplastante, como si estuviera en el salón de su casa, eso que tan solo puede hacer de esa manera un auténtico genio al que recordaré el resto de mi vida con un cariño especial.
Descansa en paz Paddy, hasta siempre GAITERO!
Javier Celada.
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