Molly Malone es un personaje legendario y todo un símbolo de Irlanda del que no se sabe a ciencia exacta si existió o no. Molly Malone tiene una estatua famosa en Dublín, además de una canción, que también es un himno.
Su estatua está hecha de bronce y representa a tamaño natural, a una mujer vestida con un traje largo y un generoso y provocativo escote, empujando una carretilla repleta de marisco. Se trata de un monumento a tamaño real y visita obligatoria si visitas Dublín.
Molly Malone: Historia
Cuenta la leyenda que era descendiente de generaciones de vendedores ambulantes de pescado y marisco, y que al igual que sus antepasados, recorría la zona portuaria de Dublín empujando su carretilla al grito de: “¡Mejillones y berberechos frescos!”.
Molly Malone era una atractiva y llamativa mujer, deseo de muchos hombres que se cruzaban con ella. Se llegó a decir que también ejercía la prostitución.
Un día, Molly falleció por fiebre alta en plena calle de manera repentina sin que nadie pudiera ayudarla. Es la fuente de inspiración de una canción compuesta a finales del siglo XIX, que terminó convirtiéndose en todo un himno tradicional irlandés. Y es que el personaje de Molly Malone es todo un emblema de la cultura irlandesa y su canción es todo un himno.
¿Dónde ver la estatua de Molly Malone?
La estatua se encuentra en la Calle Suffolk, muy cerca de Temple Bar y el Castillo de Dublín. Puedes verlo en este mapa:
Letra de la canción Molly Malone
In Dublin’s fair city,
where the girls are so pretty,
I first set my eyes on sweet Molly Malone,
as she wheeled her wheel-barrow,
through streets broad and narrow,
crying, “Cockles and mussels, alive alive oh!”
Alive-a-live-oh,
alive-a-live-oh,
crying “Cockles and mussels, alive alive oh!”
She was a fishmonger,
and sure ’twas no wonder,
for so were her father and mother before,
and they both wheeled their barrow,
through streets broad and narrow,
crying, “Cockles and mussels, alive, alive oh!”
(coro)
Now I was a Rover,
and sailed the seas over,
so I bid my farewell to sweet Molly Malone.
And as I was sailing,
the wild wind was wailing,
crying, “Cockles and mussels, alive, alive oh!”
(coro)
She died of a fever,
and no one could save her,
and that was the end of sweet Molly Malone.
Now her ghost wheels her barrow,
through streets broad and narrow,
crying, “Cockles and mussels, alive, alive oh!”
(coro)
Escucha la famosa versión que The Dubliners ha hecho sobre este tema:
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