Boudica, la heroína y reina de la tribu de los icenos también conocida como Boadicea, se convirtió en leyenda al enfrentar al Imperio Romano durante el mandato del emperador Claudio y a comienzos del liderazgo de Nerón.
Una Reina Guerrera con sed de venganza
Su nombre, el cual significa “victoria”, rinde honores a su lucha y sed de venganza. Si bien no ganó la batalla final, Boudica logró desmoralizar y abatir ferozmente al temible Imperio Romano.
Sin embargo, más allá del nacionalismo y el honor, la lucha de Boudica también se convirtió en una historia de venganza y justicia. Vengó la violación de sus hijas y marcó el inicio de la revolución más grande en la historia de Gran Bretaña.
Antecedentes históricos
Para entender el origen de la guerrera Boaudicea, es necesario conocer la historia de la antigua Britania. Y es que un siglo antes del nacimiento de la reina guerrera, el emperador Julio César atacó las islas británicas con sus dos legiones más poderosas (VII y X) y 80 navíos aproximadamente.
Aunque las tribus británicas se organizaron, las legiones romanas eran muy fuertes. Lograron penetrar las defensas definiendo la ventaja para Julio César, quién además sabía que la segunda oleada de buques marcaría la victoria definitiva.
Pero como los refuerzos (víveres y caballería) se vieron perjudicados por las tempestades, la flota tuvo que retirarse hacia las costas galas. De este modo, Julio César tuvo que reembarcar sus tropas y salir del territorio para poder reorganizar sus estrategias.
La conquista de los romanos
Los britanos demostraron que, en definitiva, eran un pueblo guerrero y cauto. No obstante, el nivel socioeconómico de Roma era igual de fuerte después de un año.
Los romanos se vieron en la necesidad de optimizar sus recursos y regresar un año después con un nuevo enfoque. Así, en el 54 a.C, las legiones romanas pisaron nuevamente las tierras de Gran Bretaña, dando inicio a la romanización de las tribus de aquel entonces.
Este período se extendió hasta el año 43 d.C con el emperador Claudio, quien logró la sumisión de las grandes tribus britanas al asentarse en los dominios del Águila e iniciar su reinado de terror.
No obstante, los grupos rebeldes seguían armados y firmes. Se pintaban de color verdinegro, se dejaban crecer el cabello y el bigote, y se afeitaban todo el cuerpo.
Con la finalidad de organizarse y atacar, se escondieron tanto en el norte de Britania como en la antigua región de la Anglia del Este. Y allí, en el seno de los icenos, nace Boadicea. La mujer que más tarde cambiaría todo.
El nacimiento de Boudica
En las tierras orientales de la isla de Gran Bretaña, nace Boudica. Claudio ya había marcado territorio cuando a penas Boadicea era una niña de voz áspera y cabello rojizo.
A sus 18 años, la joven se casa con Prasutagus, el rey de los icenos, y al poco tiempo, tiene dos niñas con él. Pese a las penurias de su pueblo, Boadicea tenía cierta posición social, ya que había heredado la gran fortuna de su padre, y además contaba con el apoyo socioeconómico de su esposo.
Pero, la realidad es que la tribu (al ser parte de los dominios del Águila Imperial) rendía cuentas a un presidente y a un procurador imperial romano que se encargaba de recaudar impuestos de una forma u otra.
Ni Prasutagus ni Boudica estaban extensos de ello. Por esta razón, cuando muere Prasutagus, su dinero automáticamente pasa a manos del procurador romano Cathus Decianos, quien para empeorar las cosas manda a atacar al pueblo violentamente.
El suplicio de Boadicea
En medio del desastre, Boadica fue desnudada y azotada frente a su pueblo. No conforme con ello, los romanos también toman a sus dos hijas, a quienes azotan y abusan sexualmente de ellas por turnos, mientras Boadicea, entre lágrimas y gritos, es obligada a observar.
Boudica y las tribus celtas
Boudica sobrevive y se levanta en armas junto con los icenos y los trinovantes. Durante los próximos años, las tribus britanas vuelven a unirse para hacerle frente a los invasores romanos.
Aprovechan la ausencia del gobernador de Britania, el también romano Cayo Suetonio Paulino, para atacar la ciudad de Camulodunum (la actual Colchester), una colonia romana donde los britanos fueron sometidos a merced del Imperio.
Allí, los rebeldes arrasaron por completo la ciudad y destruyeron el templo de Claudio. Después de esta primera ofensiva, llegaron hasta Londinium (hoy Londres) y luego a Verulanium (actual St. Albans); donde ambas ciudades quedaron totalmente devastadas.
Cayo Suetonio Paulino es informado, pero la masacre es imbatible. Boudica había alimentado la sed de justicia y venganza de los britanos haciendo temblar al Imperio Romano.
El final de Boudica
La batalla final entre Cayo Suetonio y Boudica sucedió en Watling Street, en donde los britanos tenían la ventaja numérica frente a los romanos. Pese a esto, el Imperio era mucho más calculador y conocer del terreno.
Las disciplinadas formaciones romanas lograron usar las condiciones del terreno a su favor y entre una lluvia de lanzas, diezmaron la línea ofensiva de Boudica.
Al retroceder y por las características del campo de batalla, los britanos terminaron apaleados entre sí. La masacre fue total y tras la derrota, Boudica se ve en la necesidad de huir junto con sus dos hijas.
Tácito cuenta que la joven guerrera terminaría suicidándose con sus hijas para no ser capturadas. No obstante, Dion Casio cuenta que nunca fueron encontradas muertas aún a pesar de las búsquedas exhaustivas de los romanos.
Boudica perdió la batalla, pero marcó un antes y un después en la rebelión de los celtas. A partir de entonces, nuevos estrategas se reorganizaron y se levantaron en armas hasta alcanzar la libertad de Gran Bretaña. Un hecho que consolidó la nación que hoy conocemos como Reino Unido.
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