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Este año se celebra el décimo aniversario de MadridFolk. ¿Cómo surgió la idea de crear este festival?
MadridFolk nace con la filosofía de proporcionar a la música folk una plataforma digna en este Madrid cosmopolita y urbano. Es un encuentro que nos acerca lo rural, la poesía y sencillez de la música folk. Cada vez somos una minoría más amplia.
¿Qué destacarías de todos estos años al frente del festival?
Además de los extraordinarios grupos que han pasado por el Festival, la toma de conciencia y la demanda de un público que cada vez se ha mostrado más receptivo a este tipo de músicas. Y, por supuesto, el apoyo que recibimos de Gonzalo García Pino y del Círculo de Bellas Artes como sede de nuestro MadridFolk, en momentos en los que no sabíamos si podríamos tener continuación. Estoy feliz de haber podido mantenerlo durante todos estos años, pese a las dificultades. No ha sido fácil, pero cuando ves la reacción del público te dices a ti mismo que merece la pena el esfuerzo para difundir este tipo de música tan extraordinaria. Ojalá cumpla muchos más.
¿Qué tiene de especial esta nueva edición?
Con motivo de este 10º aniversario, queremos dar algunos conciertos especiales y trabajar en tres ejes. Uno, de homenaje y reconocimiento a algunos grupos históricos de esta música. Otro, en el que abordaremos el folk desde lo lúdico y divertido, acercando este género musical a los más jóvenes. Y un tercer eje que denominamos Lab-folk, es decir, vivir la experiencia de la música folk en combinación con otros elementos, en este caso la escultura y el vino.
Fuera de Madrid hay una cultura folk mucho más fuerte. ¿Es complejo poder llevar a cabo cada año un nuevo MadridFolk en la capital?
Es complicado. Aunque sí que es cierto que es una música que poco a poco va generando minorías mayoritarias porque cada vez hay más gente a la que le interesa cómo se reinterpreta el mundo rural. Pero Madrid es una ciudad muy urbanita, muy de tendencia, de modas… y el folk tiene sus ciclos. Creo que el folk urbano habría que ligarlo a otro tipo de arte. A las cosas que merecen la pena, que son esenciales, como es la tradición, siempre hay que darles un puntito de innovación para que sean un camino a seguir.
¿Cómo ha evolucionado el público?
En las primeras ediciones, en el Teatro Madrid, los asistentes eran gente de mediana edad. Solían ser los fans de los grupos que actuaban en el festival. Sin embargo, estos últimos años el público es mucho más joven.
Los niños siempre han tenido un hueco en el festival, ¿es importante enseñarles desde pequeños nuestras raíces?
Es fundamental. No puede haber un país que dé la espalda a sus tradiciones. Los niños tienen que tener conocimientos de nuestras raíces y de la danza española en general. Para mí es esencial porque tenemos algo único en el mundo.
Uno de los platos fuertes de esta edición es el concierto Hispania Tribal. ¿Qué va a poder ver la gente que asista al concierto?
Fundamentalmente lo que van a poder ver es una fusión, un maridaje, entre lo que es la música de Eliseo Parra y la danza de Ibérica. Yo creo que va a ser un espectáculo extraordinario y muy divertido. Todos los temas de Eliseo son súper alegres y animan mucho a bailar.
Otra de las actuaciones destacadas es la de Aljibe, que presenta su disco Agua. ¿Qué nos puedes adelantar?
Los artistas de Aljibe defienden el sonido de la tradición. El público que acuda al concierto va a poder hacer un viaje a través del agua. Va a escuchar y disfrutar de esa cuenca del Tajo, de cómo varían las músicas, los ritmos, los tempos, recreando ese viaje que hacían los gancheros trasladando la madera por el río.
Las mañanas del sábado y del domingo se reservan para algo más didáctico. Por un lado, el Taller de Danza que imparte Raquel Ruiz, de Ibérica, y, por otro, Joaquín Sánchez (Vibra-tó) y el documental de Silvia Melero, Desinstrumentados.
Lo más importante del Taller es que no está dirigido a profesionales. Es una actividad para todo el mundo en el que van a poder bailar, disfrutar y aprender algo que tiene que ver con lo nuestro. Joaquín Sánchez nos va a enseñar cómo se puede hacer música divertida desde otra perspectiva. Los niños se lo van a pasar en grande descubriendo con qué cantidad de cosas es posible hacer un instrumento y tocarlo. Y Desinstrumentados es un documental hecho desde un punto de vista muy ameno. Nos muestra todo el trabajo del autor y se acerca a ese mundo de la composición neofolk.
Este año celebráis también el 25º aniversario de Ibérica de Danza, compañía que diriges junto a Violeta Ruiz. ¿Qué os impulsó a fundarla?
La compañía surge de la necesidad de crear algo nuevo que fuera diferente a lo que habíamos hecho hasta ese momento. Lo que realmente nos empujó a hacer realidad este sueño, fue la necesidad interior de crear nuevos espacios de movimiento dentro de nuestra danza escénica española.
¿Qué importancia tiene la música de tradición en el trabajo coreográfico que realizáis en Ibérica de Danza?
En nuestros comienzos teníamos una necesidad creativa de presentar algo nuevo que se acercara un poco más y con más riesgo a ese mundo de la tradición. Descubrimos a Juan Alberto Arteche, un magnífico compositor y un excepcional visionario, y nos cedió los derechos de su música para poder coreografiarla. Esa coreografía, que es Campos de sol y luna, obtuvo el segundo premio en el Certamen de Danza Española. A partir de ahí, vimos que había un camino muy grande por hacer dentro del mundo de la tradición.
¿En qué punto se encuentra la compañía? ¿Qué balance hacéis de vuestra trayectoria?
La compañía está en un momento de madurez transcendental, donde la experiencia, la creatividad y nuestra línea de trabajo está consolidada y creo que aún podemos aportar muchas cosas a nuestra danza. Económicamente, el balance no sale a nuestro favor. Son muchos años luchando en un país en el que la danza es casi irrelevante. No existen programas o planes culturales para fomentar y crear nuevos públicos para la danza y, por lo tanto, no hay mucho trabajo.
¿Qué tenéis preparado para celebrar estos 25 años de Ibérica de Danza?
Hemos querido repartir nuestras energías en varios conciertos porque hay mucho que mostrar. Ahora mismo tenemos en cartel cuatro espectáculos distintos que tienen que ver con el mundo de la tradición: Hispania Tribal, Novilunio, Romero de Torres y Carmen vs Carmen, todos ellos muy diferentes. Además, vamos a estrenar otro espectáculo en Las Rozas que se va a llamar Celtic Iberian Circus y que llegará en noviembre. Hemos abierto una línea de trabajo con el circo contemporáneo, la danza y la música en directo.
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