La festividad o fiesta de Yule es un ritual de Navidad Celta que se celebraba en el solsticio de invierno cada 25 de diciembre. Los Celtas fueron un pueblo tan mágico como místico. Sentían un profundo arraigo con su entorno. Pero ¿Puede ser que mantengamos latentes ritos de una civilización tan antigua?
Rituales del solsticio de invierno
Los celtas llevaban a cabo rituales del solsticio de invierno para purificar engerías. Conocer el entorno es una gran ventaja. Estudiar los vegetales y catalogar los efectos medicinales de ciertas plantas o explorar el tiempo para anticiparlo. Así era este pueblo tan fantástico y hasta nuestros días llegan parte de su ancestral cultura.
Parte de esa cultura incluía la festividad de Yule, un ritual muy especial. Una fiesta pagana con un alto contenido místico y de amor a la naturaleza. Para los Celtas todo el entorno era importante y los elementos jugaban un gran papel: tierra, fuego, agua y aire. Sin embargo, también percibían la energía de algo más grande que ellos mismos.
Ellos daban importancia al espacio, las estrellas y la inmensidad de un mundo más allá del propio. ¿Imaginas una espiritualidad similar? De hecho eran los árboles los que canalizaban la energía, conectando cielo y tierra desde un papel protagonista.
Llegados a este punto puede que pienses si Celtas y Vikingos tuvieron algo que ver. La verdad es que sí, aunque los Celtas eran en origen pueblos germánicos, mientras que los Vikingos eran escandinavos. Pero juntos cimentaron las poblaciones de la Europa actual.
Solsticio de invierno celta
Los Celtas creían en las segundas oportunidades, y las terceras, las cuartas. Para ellos había muchos momentos en los que se podía dejar todo atrás y empezar de nuevo. Todos tenían y tenemos esa capacidad de alejar lo negativo para recargar las pilas.
Y dentro de esas fechas especiales había cuatro a lo largo del año que tenían un poder mayor. Esos días eran los dos equinoccios y los dos solsticios de invierno; momentos muy especiales y apropiados para hacer ciertos rituales. Uno de ellos era el conocido como Yule.
Yule Wicca
El 25 de diciembre es una de esas fechas, ya que coincide justo con el solsticio de invierno celta. Este hecho no es casual. Al adoptar el cristianismo se hicieron coincidir las principales celebraciones para facilitar el cambio. Algunos llaman a todo lo pagano wicca.
Estas pistas que han dejado nuestros antepasados nos permiten conocer las raíces de muchas de nuestras costumbres. Por ejemplo, el hecho de adornar un árbol durante las fiestas ¿nunca te habías preguntado por qué lo hacemos?
Descubriendo los entresijos de nuestras celebraciones
Para celebrar Yule era necesario un árbol, normalmente un sauce o un pino. Pero debía reservarse. Es decir, no se cortaba para usarlo en ese año sino en el solsticio siguiente. Para eso lo guardaba con auténtico mimo y cuidado.
¡Feliz Yule Celta!
No solo eso, sino que además era cortado de una forma muy particular. Sobre él se hacía grabados referentes al sol o a los hombres. Era así como se reservaba el árbol escogido para la celebración y era los Druidas los encargados de hacerlo.
Dichos druidas eran una especie de intérpretes y estaban consagrados al cuidado de los árboles. Ellos mismos eran los que recolectaban el muérdago en navidad. Después lo depositaban sobre las encinas, que se consideraban árboles sagrados.
De ahí es de donde nos viene la costumbre de adornar árboles en Navidad. Asombroso ¿no te parece? Pero hay más. También colocaban lazos y guirnaldas en sustitución de las hojas caídas por el frío para adornarlos durante el invierno.
¿Quieres saber algo que los Celtas nunca harían? Cortar esos árboles para llevarlos a nuestras casas, porque eso supone su muerte.
La finalidad de celebrar Yule
Ese tronco que se cuida y reserva durante un año entero representa todas las vivencias de ese periodo. En él se impregna nuestra experiencia vital y durante el solsticio de invierno se quema por completo. Así el pasado se deja ir.
El fuego tiene un efecto purificador, pero también supone romper con todo lo acontecido para empezar nuevamente. Un resurgir espiritual y un nuevo ciclo que comienza. Para eso la celebración incluye un periodo de meditación durante 12 días sobre nuevos deseos y esperanzas.
Todos los dioses de Yule son solares porque el fuego y el sol guardan un cierto paralelismo. Pero también son dioses femeninos que hacen referencia a las mujeres, las madres y las ancianas. Como tales eran elogiados con embriagadora música Celta.
Ese fuego forma parte de todos nosotros y es por eso que es una celebración con un gran poder energético. Supone un resurgir humano. Aunque, por otro lado, el año nuevo Celta ya había empezado días antes, en la celebración del Samhain.
Ahora serás tú quien escoja qué es lo que deseas celebrar o a quién quieres consagrar tus fiestas. La festividad de Yule sigue latente, pero hay muchas más ¿conoces el resto? Acompáñanos mientras descubrimos juntos a esta gran civilización. ¡Feliz Navidad 2023!
Que curioso saber una de las razones por las que la Navidad es el 25 de diciembre
Así es compañero Cortesano, los Cristianos se copiaron de los Celtas y Vikingos ¡Feliz Yule!