Todo el mundo ha escuchado alguna vez el término templario, cruz templaria, o caballero templario. Para conocer quien fundó los templarios y el origen de los mismos, debemos remontarnos a principios del siglo XII, cuando se fundó la llamada cruz del temple y orden del temple.
Cruz del temple
La cruz de los caballeros templarios se forjó a raíz de la orden del temple. La orden del temple estaba formada por los caballeros templarios, de carácter militar y corte cristiano, fue sin duda una de las más pudientes y vinculantes en el periodo que comprende la Edad Media. Su actividad se estableció durante casi dos siglos, y su origen fundacional tiene como punto de partida a nueve caballeros de origen francés liderados por Hugo de Payns después de la primera cruzada.
La intención en origen de dicha orden fue la de garantizar la protección de los cristianos que peregrinaban hacia Jerusalén después de su conquista. Tras su aprobación por parte de la iglesia católica durante el Concilio de Troyes en 1129, la orden creció rápidamente de forma exponencial acumulando gran poder.
La cruz templaria
En su identificación, los caballeros portaban un manto de color blanco con una cruz roja, la famosa cruz templaria. Posteriormente, les fue concedido el derecho del uso de la cruz de color rojo de forma permanente simbolizando el martirio de Cristo. El color simbolizaba la sangre derramada por Cristo y también de la vida. Ésta se presentaba en su manto sobre su hombro izquierdo por encima del corazón.
A nivel militar todos sus miembros se encontraban entre los efectivos mejor preparados ex combatientes en las cruzadas. Los miembros no dedicados al combate se encargaron de la compleja gestión de un sistema financiero estructurado dentro del cristianismo, incluso creando sistemas al nivel de un banco moderno en estado primitivo. La orden del temple a su vez creó una serie de construcciones y fortificaciones a lo largo de la costa mediterránea y tierra santa.
La fama de los templarios está estrechamente vinculada a su papel en las cruzadas, por lo que la perdida de Tierra Santa terminó con la falta de apoyo hacia la orden. Otra de las causas de su desvanecimiento tuvo como principio la serie de habladurías y rumores en torno a la ceremonia secreta de iniciación de los caballeros, la cual llevo a generar una enorme desconfianza.
La gran deuda contraída con la orden por el rey Felipe IV y debido al gran poder que habían cobrado los caballeros por aquel entonces, hizo que este con gran temor interviniese al influir al papa Clemente V con el fin de que tomase acciones contra los miembros de la orden.
Ya en el año 1307, gran número de caballeros fueron capturados y obligados a confesar bajo instrumentos de tortura, siendo gran parte de ellos enviados a la hoguera. Poco después, el Papa Clemente V procedió a la ilegalización y disolución de la orden dándose gran número de leyendas e historias en torno a su erradicación por lo que su historia ha perdurado en el tiempo.
Como eran los caballeros templarios
El requisito fundamental para la pertenencia a la orden era el de tener un origen noble, así como disponer de capital. Los caballeros templarios tenían que aportar todo su equipamiento así como su caballo, incluso sirvientes.
La armadura portada por los caballeros templarios estaba formada por un armazón externo metálico y en su interior una serie de prendas a modo de colchón para amortiguar los golpes en los combates. Con un peso alrededor de los 35 kilos, mermaba bastante la capacidad de movimiento por lo que se dio una evolución hacia el uso de materiales más ligeros. Su armamento constaba de espadas, lanzas de gran calado y hachuelas y mazos en el combate a caballo, portando en el combate cuerpo a cuerpo dagas y espadas.
Nos recuerda a la antigua Esparta el hecho de que con solo apenas 8 años comenzaban su entrenamiento, de otro modo si cabe, pero cumpliendo una función evolutiva cuya finalidad era la de formar caballeros templarios. La diversidad de rangos dentro de la orden estaba encomendada en función de determinadas cualidades, por ejemplo los caballeros solteros luchaban a menudo bajo el mando de otro caballero, los ascensos siempre se lograban con logros.
Mitos y leyendas sobre los caballeros templarios
En tiempos de la inquisición, los caballeros templarios comenzaron a ser perseguidos tras la cesión a las presiones del Papa Clemente por parte del rey Felipe IV, quien se encontraba completamente endeudado con la orden. La persecución por parte del santo tribunal debía perseguir un tipo de delito vinculado con lo habitual en estos casos, por lo que se optó por la acusación de herejía y ser adoradores del diablo.
Nunca se llegó a esclarecer la existencia y localización del Santo Grial, supuestamente custodiado por los caballeros de la orden. Se han creado cientos de historias, películas y novelas sobre este tema y a día de hoy no hay constancia de su localización.
La creencia sobre la necesidad de que los caballeros templarios debían ser vírgenes para formar parte de la orden, es una tergiversación de la realidad porque su celibato solo era requerido durante el periodo en el que los caballeros permaneciesen en activo dentro de la orden. La Francmasonería siempre ha presumido y hecho gala de su descendencia directa de la orden, pero no hay prueba fehaciente de que esto sea una realidad.
La orden de los templarios gozó de una enorme influencia durante muchos años, sobre todo a nivel económico, puesto que crearon un complejo sistema financiero que dotaba a los ejércitos de capital. Incluso a pesar de todo esto, se creía que gozaban de un enorme poder político, pero cuando el rey Felipe IV decidió entrar en guerra con ellos debido a la gran deuda acumulada con la orden, ni el amparo de la iglesia ni el apoyo de parte de la sociedad pudieron servirles ante su inminente exterminio.
Podemos decir que a pesar de su importancia en muchos aspectos de la historia, la política siempre ha sido la que ha movido los hilos en favor del que regentase tal poder. NI tan siquiera los imponentes caballeros de la orden de los templarios pudieron escapar de sucumbir a los intereses políticos de quien empleando todos los instrumentos posibles hizo por tapar sus errores.
Sin duda alguna, la cruz templaria esconde sus luces y sus sombras, pero siempre formará parte de la historia…
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