En las inmediaciones de Gautegiz de Arteaga, en Vizcaya, se encuentra el castillo de Arteaga. Y se trata de un inmejorable ejemplo del neogótico decimonónico. Aunque se conoce que ya existía una torre en el mismo lugar al menos desde el siglo XV, lo cierto es que durante el siglo XIX estaba ya en estado de ruina.
Por este motivo, y aprovechando el gusto por lo gótico que había traído consigo el Romanticismo, Eugenia de Montijo decide reaprovechar el solar para levantar un castillo palaciego que, curiosamente, nunca llegó a habitar.
Se levanta sobre una planta rectangular de diecisiete metros de altura en su lado más ancho, y las torres alcanzan los treinta. Esto da una idea de la verticalidad que se buscaba en su construcción. Cuenta con una torre del homenaje de cinco pisos de altura, rodeada por una muralla y cuatro torreones de planta circular en sus esquinas. Entre las dependencias se incluyen oratorio, bodegas, etc. Pero poco o nada de carácter militar; nunca fue ese su cometido.
Pese a ello, se trata de una edificación impresionante y de la que hoy puedes disfrutar como hotel, restaurante y bodega, y en donde se celebran bodas y otro tipo de eventos y celebraciones.
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