Al este de Navarra, ya lindando con la provincia de Zaragoza, se alza el castillo de Javier. Se trata de un complejo muy antiguo y construido a lo largo de varios siglos. La torre del homenaje o de San Miguel data del siglo X, nada menos, mientras que el primer amurallamiento y edificaciones anejas son de la siguiente centuria. Ya en el siglo XIII se le añaden dos cuerpos poligonales de defensa y otras dos torres; entre ellas destaca la Torre del Cristo, por sus murales y un espectacular crucifijo tardogótico.
Durante el siglo XVI la fortificación sufrió numerosas pérdidas, con la intención de que no fuese utilizada para la defensa de la independencia de Navarra. Es por eso por lo que la Torre de San Miguel que hoy ves no llega a la altura de la original: fue desmochada. También se eliminaron dos torres y el puente levadizo, y se rellenó el foso. La basílica que en la actualidad puedes ver aneja a los lienzos de su muralla es una inclusión posterior, de finales del siglo XIX.
Hoy en día se encuentra abierto al público y, a principios de marzo, es posible acudir a la famosa peregrinación conocida como Javierada.
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